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Post Info TOPIC: historia erotica: LOCO POR MI HERMANITA


Friki Mago

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historia erotica: LOCO POR MI HERMANITA


Cuando yo contaba con 17 años, como todo chico a esa edad, empezaba a sentir intensamente irrefrenables deseos carnales por el sexo femenino, ya que todas las mujeres me parecían deseables, las jóvenes por ser jóvenes y las más mayores por tener ese atractivo de la experiencia. Me hacía pajas continuamente, pensando en todas las chicas que pasaban por mi mente: mi vecina, mis compañeras del instituto, alguna amiga de mi hermana, las estrellas de la televisión, en fin que estaba bastante salido.

El caso es que por entonces despertó en mí una gran atracción por mi hermana Noelia, que tenía 19 años y estaba buenísima (y sigue estándolo). Todos mis amigos me lo decían, que tenía una hermana que no me la merecía de lo buena que estaba, que tenía un polvo, que tenía un cuerpo de locura, etc... El caso es que, quizá alentado por ellos, me fijé en ella, más como mujer que como hermana y poco a poco me di cuenta de lo que tenía en casa.

Noelia es alta, más que yo, con el pelo castaño, largo, casi hasta media espalda, sus ojos son muy bonitos, color caramelo, sus labios grandes, muy sensuales y con un color sonrosadito que los hace muy deseables, tiene una cara preciosa, sus tetas redondas, duras y muy bien puestas , su culo impresionante, de esos culitos que siempre deseas acariciar y chupar como si de un pastel se tratase, sus piernas preciosas, largas, muy morenitas y con unos muslos divinos. En fin, era y es un bombón. Quizás penséis que exagero, pero no es así, pues muchísima gente lo dice y es de esas chicas que hace volver la vista en la calle a todos los tíos para mirarla, está como un tren, en serio.

A sus 19 años estaba más que apetecible y gracias a su belleza podía permitirse el lujo de cambiar de novio casi cada semana. Además ella sabía cómo estar aún más hermosa, vistiendo con ropas ajustadas, vestidos cortos y ceñidos y haciendo esos movimientos que a mí me volvían loco.

Hasta entonces sólo habíamos compartido nuestros juegos infantiles como hermanos, pero después no podía evitar sentirme muy atraído sexualmente por ella.

Yo ya había empezado a observar más a Noelia, pero la primera vez que saltó la chispa en mí y deseé a mi hermana como mujer, en un instinto animal incontrolable, fue una mañana de verano, en uno de esos días que yo me levantaba con una calentura matinal propia de un adolescente. Nada más saltar de la cama, pasé por la cocina y estaba Noelia, preparándose el desayuno. Llevaba un camisón muy cortito y justo cuando yo pasaba por la puerta la encontré agachada frente a la nevera buscando algo, la vista de sus largas y morenas piernas junto a su postura enseñando sus braguitas metidas por su precioso culo, me pusieron como un toro, pues se me puso dura como una piedra. Por un momento sentí el instinto de meterle mano, pero no lo he hice, claro. Espiando, escondido tras la puerta, observé todos sus movimientos, consiguiendo que tuviera una erección mayor de lo habitual. Por primera vez me hice una paja monumental en el baño pensando en mi hermana, sintiendo un gusto mayor que otras veces, hasta que los chorros de semen llegaron a salpicar mi cara.

Así, poco a poco, cada día que pasaba la deseaba más y más, y me atormentaba con la idea de acariciarla, besarla y metérsela hasta el fondo. Por un lado yo pensaba que aquello no estaba bien, pero mi polla no pensaba lo mismo.

Otro día Noelia me había vuelto a poner como una moto, se había comprado unos pantalones muy ajustados color crema y cuando yo estaba en mi cuarto tumbado en la cama oyendo música, entró de repente con esos pantalones que le sentaban de miedo. Se colocó muy cerca de mí y dándose un giro me preguntó:

"¿Qué? , ¿cómo me quedan?"

Sus sensuales movimientos consiguieron una nueva erección de mi polla. Contesté un poco atontado observando sus muslos apretados bajo esa ceñida prenda y como su culo se mostraba más redondo y respingón:

"Te sientan muy bien"

"¿No me marcan mucho aquí?"

Me hizo esa pregunta inocentemente señalando su sexo. Bueno, yo creía que iba a reventar, mientras mi pene palpitaba de excitación. Su chochito se marcaba precioso, algo abultado y la tela se metía un poco en su rajita, lo que unido al color del pantalón color carne, parecía estar desnuda de cintura para abajo. Intenté contestar con naturalidad:

"No, la verdad es que te queda muy bien, en serio"

Luego salió de mi cuarto meneando las caderas con movimientos enloquecedores, se volvió hacia mí al llegar a la puerta y me sonrió con malicia. Estaba seguro que había notado mi erección y ella sabía que me ponía cachondo, que me tenía loco y me provocaba aún más sabiéndolo. Nada más cerrar la puerta, me saqué mi aprisionada polla y me masturbé otra vez con ganas y es que no me la quitaba de la cabeza.

Otras veces la espiaba cuando estaba en su cuarto en braguitas y sujetador o cuando se depilaba las piernas o cuando estaba dormida en la cama tapada solo con un corto camisoncito, cada día que pasaba me gustaba más y más.

Una vez, estaba yo jugando con el ordenador que tenía Noelia en su cuarto, cuando de pronto, entró ella tapada con una toalla recién salida de la ducha. Estaba preciosa con su carita brillante, sus lindos ojos, su pelo mojadito y su cuerpo tapado con una blanca toalla. Se secaba el pelo con otra toalla y me preguntaba:

"¿Qué haces?".

Yo disimulé y le dije que estaba haciendo un trabajo para clase.

"Me quería vestir..."

"Pero es que tengo que acabar esto..."

Lo cierto es que no tenía que acabar nada, pero disimulé, con la intención de que si tenía la oportunidad de ver como se vestía o mejor dicho se desvestía, esa podía ser una buena oportunidad. Quizás mi jugada saliera mal y fuera a cambiarse al baño. Pero afortunadamente no fue así.

-"Bueno si me prometes no darte la vuelta, te dejo seguir con tu tarea"

Yo creía estar en el cielo, pues colocando la pantalla del ordenador estratégicamente podía verla como se vestía perfectamente, reflejada en el monitor. No es que la visión fuera perfecta, pero me conformé. Como un niño bueno le contesté:

-"Vale, te prometo que no me daré la vuelta"

A continuación de espaldas a mi dejó caer la toalla al suelo, pudiendo mostrarme en el reflejo del ordenador su espléndida figura completamente desnuda, su espalda mojada, su redondo culo y sus piernas... Yo estaba armado de nuevo y pensando en la paja que me iba a cascar después. Luego, después de secarse todo el cuerpo, pude ver cómo se colocaba de perfil, en una imagen aún más maravillosa de su silueta, con sus lindas tetas, su vientre liso, sus muslos... Empezó a darse una crema por todo el cuerpo, supongo que body milk o algo así. Qué alucine, ver cómo se esparcía la crema por sus tetas mientras estas se apretujaban en sus manos, cómo luego se echaba ese mejunje por los muslos, por los brazos, por la cintura... Yo babeaba.

Después se giró otro poco y entonces pude contemplarla de frente, su cara, sus tetas, su ombligo, sus piernas y por supuesto su coñito bien recortado. Tuve que oscurecer la imagen del monitor para observarla mejor y yo pensaba que me moría y mi polla no aguantaba más en su prisión. Puso una pierna sobre la cama y empezó como a palparse en su entrepierna, supongo que mirándose el vello de su pubis, por si estaba bien depilado, y ya lo creo que lo estaba. Siguió así tocándose las ingles y sus pelitos, yo no sabía si estaba excitada, pero me lo parecía, quizás porque yo estuviera allí, o quizás supiera que yo la estaba observando reflejada en la pantalla y estaba ofreciéndome un bonito show, el caso que no parecía importarle que yo estuviera allí, aunque de espaldas a ella. Después cogió unas braguitas blancas de su cajón se las ajustó en sus preciosas caderas y a continuación se puso un sostén blanco también.

"Ya estoy visible".

Me di la vuelta y aun estaba en ropa interior, me quedé mirándola embobado y ella lo notó y sonrió de nuevo con malicia, luego se puso unos jeans y una camiseta, se secó el pelo con el secador de mano, se acercó a mí por la espalda y me dio un beso en la mejilla, impregnándome con su olor a hembra.

"Hasta luego hermanito"

Salió del cuarto con un gracioso meneo de caderas. Yo me levanté, bastante empalmado y cogí la toalla con la que había estado secándose y que aún estaba tirada en el suelo, me la acerqué a la cara y estuve oliéndola, desprendía un aroma riquísimo y allí mismo me masturbé, corriéndome encima de la toalla.

La noche de San Juan de aquel año fui invitado por Noelia a una hoguera que hacían sus amigos en el jardín de su casa. Ella estaba guapísima con una minifalda blanca, un top verde con el ombliguito al aire y unos zapatos de tacón. Normalmente no salía con ella ni con sus amigos, pero ese día no dudé en acompañarla con su pandilla, que por cierto los chicos estaban loquitos por ella. Mi hermana tenía unas amigas que estaban muy bien, pero no tanto como ella, sin duda era la que estaba más buena de todas. Encendimos la hoguera, bebimos unas litronas y con un cassette pusimos algo de música, estuvimos bailando, riendo y bebiendo toda la noche. En uno de los bailes lentos yo me quedé sentado en una tumbona mientras casi todos los demás estaban emparejados. Noelia estaba bailando con Juan Luis, uno de sus amigos, muy apretujados y sus manos se deslizaban por la espalda y la cintura de ella, llegando incluso a rozar su culito. Yo estaba algo celoso, pues deseaba estar en el papel de su compañero. De pronto mi sueño se cumplió y mi hermana se dirigió a mí invitándome a bailar:

"Vamos, baila conmigo Raúl"

"Pero si no sé..."

"Bueno, no importa, yo te enseño".

Me agarró por una mano y me sacó a bailar. Nuestro cuerpos chocaron y yo creía estar en la gloria.

"Vamos abrázame por la cintura"

Al tiempo que me ayudaba a estrechar su cintura, ella colocaba sus manos en mis hombros. Torpemente comencé a bailar y Noelia iba corrigiendo mis movimientos. Qué maravilla poder acariciar su cinturita desnuda.

"Pégate más a mí, tonto, que no muerdo"

Nuestros dos cuerpos se juntaron aún más. Sus tetas se apretujaban en mi pecho, pues ella era algo más alta que yo, mi pene otra vez a tope se apretaba contra su tripita y ella debía notarlo, pero no parecía importarle. De pronto me preguntó:

"¿Te pone cachondo bailar conmigo?"

Creo que me puse colorado como un tomate y contesté un "Sí" casi inaudible. Ella me susurró al oído como un ronroneo:

"¿A que es divertido?"

¿Sería que ella también se ponía caliente bailando conmigo? . Así estuvimos mientras duró aquella canción que se me hizo corta. Después sonó otra música más movida y tras unos cuantos bailes y unas cuantas copas, regresamos a casa muy tarde. Al llegar al portal ella pasó por delante mío ofreciéndome sus espectaculares piernas por detrás, subiendo la escalera. ¿Y si meto mi mano entre sus muslos?, pensaba para mí. No lo hice. Fuimos cada uno a nuestro cuarto a dormir y claro yo me casqué otra de mis ardientes pajas pensando en ella.

Una mañana, yo me estaba duchando tranquilamente, cuando noté que alguien había entrado en el baño. De pronto se abrió la cortina de la ducha por completo apareciendo mi hermana tan solo con un bikini diminuto de color azul celeste, tapándole a duras penas, sus hermosas tetas y cubriéndole lo justo el triangulo de su maravilloso coñito. Su piel morena se resaltaba en aquel reducido bikini .Me quede alelado observando su figura. Sin importarle que yo estuviera desnudo, hizo un giro sobre sí misma y me preguntó:

"Me he comprado este bikini, ¿te parece demasiado sexy?"

Al instante y como un resorte mi polla se había puesto más dura que nunca, en una erección incontrolable. Sus ojos se dirigieron a mi tieso pene, que yo intenté tapar bastante avergonzado. Ella se rió a carcajadas diciendo:

"Veo que sí, que es muy sexy ".

Después salió del baño y todavía pude oír sus risas por el pasillo. Cómo me ponía la hija de puta, me tenía loco. Comencé a masturbarme con ganas pensando en lo guapísima que estaba con aquel bikini, cuando noté que alguien me espiaba por una abertura de la cortina de la ducha. De nuevo era ella. Abrió la cortina otra vez. ¡ Me pilló en plena faena!... Con su pícara sonrisa me preguntó:

"¿Te estas masturbando por mí?"

Por un momento no supe qué contestar, creí morirme, pues de seguro que iba con el cuento a mis padres. Traté de disimular.

"No, no, sólo me estoy enjabonando"

Volvió a reírse con ganas.

"Venga tío, que no soy tonta" .

Su espectacular cuerpo se ensalzaba aún mas con ese bikini y mi polla no había bajado absolutamente nada. Sin apartar la vista de mi polla que se encontraba atrapada entre mis manos me dijo:

"Por mí puedes seguir...no te vas a quedar así"

Después se marchó y pude oír como se reía otra vez. Después de haberse marchado continué masturbándome imaginándola con su bikini y cómo me chupaba la polla con sus carnosos labios. Me corrí salpicando los azulejos con mi semen.

Ese día, durante la comida, no dejaba de mirarme y de sonreírme con malicia, mientras mis padres no parecían percatarse. Cómo sabía la muy zorra que yo estaba completamente cachondo con sólo mirarla. Durante toda la tarde pasaba donde yo estaba con sus insinuantes movimientos, sus maliciosas sonrisas, vistiendo con su bikini bajo una camiseta muy cortita que permitía ver su culito y sus muslos. Cuando ella se fue a la playa, me hice cuatro pajas más por su culpa.

Después de lo del día anterior, parecía que Noelia hacía todo a propósito: sus movimientos sensuales delante mío provocándome y excitándome, con sus ajustados pantalones, luego se cambiaba y pasaba a mi cuarto con un vestidito corto con tirantes, con un hermoso escote. Después volvía a pasar por mi habitación en ropa interior y otra vez tapada con un albornoz amarillo tras haberse duchado.

Una de esas veces cuando yo estaba en mi cuarto, ella me llamó desde el suyo:

"Raúl, ¿puedes ayudarme?".

Cuando llegué a su habitación estaba sentada tras la cortina de su ventana, subida en el pollete pintándose las uñas de las manos de color rosa pálido. Estaba apoyada en la pared con sus piernas dobladas y tapada con su cortito albornoz amarillo. La luz que entraba por la ventana la iluminaba como una piedra preciosa, estaba resplandeciente, ¿cómo podía tener una hermana tan guapa y que estuviera tan buena?. No sabía si era un regalo divino o si al contrario era un castigo del demonio, que me mostraba a mi hermana y yo no la podía catar.

"¿Qué quieres?"

"¿Puedes pintarme las uñas de los pies?, es que no me he dado cuenta de hacerlas primero y tengo las manos recién pintadas..."

Ella sabía que yo no tenía ni idea de pintar las uñas, pero sin duda lo que quería era ponerme cachondo.

"¿Yo?, pero si no sé".

"Venga que es muy fácil, yo te digo cómo hacerlo.."

Qué guapa estaba con su pelo mojado y con sus piernas flexionadas. Yo estaba en bañador y mi pene ya empezaba a subir por momentos. A duras penas, con las indicaciones de ella comencé a pintarle las uñas de sus lindos pies. De vez en cuando me corregía:

"Así no, tonto, así".

Yo alzaba mi mirada por sus larguísimas piernas y a su preciosa cara recién duchadita. En un aparente descuido ella entreabrió un poco sus piernas y la abertura del albornoz me permitió ver buena parte de sus muslos y... ¡ qué grata sorpresa ! a tan sólo unos centímetros podía ver su coñito, sus ingles depiladas, sus pelitos bien recortados formando una hilera alrededor de su sonrosada rajita. ¡Qué maravilla! No podía disimular una tremenda erección en mi bañador. Era la primera vez que veía un coño y tan cerquita, que hermoso me pareció. Ella se dio cuenta y sin separar las piernas me preguntó:

"¿Te gusta lo que ves?".

Yo me corté un poco y seguí disimulando pintando sus uñas como si no hubiera oído su comentario. Soltó una pequeña carcajada y abriendo algo más sus piernas me dijo:

"Venga, puedes mirarlo, seguro que es el primer coñito que ves ¿no?"

Sin duda disfrutaba haciéndome sufrir, pero a mí no me importaba, pues el poder observar su magnífico cuerpo era lo más alucinante que me podía suceder, me podían pinchar que yo no sangraba...

Yo la miré muy sonrojado y dije:

"Sí, la verdad es que nunca había visto uno".

"¿Y... ?, ¿qué te parece?"

"Precioso"

Ella parecía divertirse mucho con mi timidez y mi excitación. De vez en cuando mis ojos no podían evitar mirar de nuevo su sexo y a ella parecía encantarle, pues seguía en su postura con las piernas ligeramente abiertas. Qué situación, qué visión tan magnífica. Cuando hube terminado con mi tarea de pintarle las uñas, me agarró por el cuello y me dio un leve , aunque muy tierno, besito en los labios.

"Gracias hermanito"

Me fui al baño a pajearme de nuevo. Después comprendí que su petición para pintarle las uñas, no era más que una estratagema para provocarme y ponerme cachondo. Al pasar de nuevo por su cuarto, ya estaba vestida y me preguntó con su maléfica sonrisa:

"¿Ya te has desahogado?"

Yo no dije nada, aunque le devolví la sonrisa.

Varios días más tarde, tras varias sesiones de lucimiento por su parte y con gran arte por cierto, pues Noelia sabía moverse con una sensualidad terrible, con miradas que a mi me parecían lascivas y con una forma de vestir tremendamente sexy, me invitó a ir a la playa con ella, pues sus amigas no podían ir. La acompañé encantado. Al llegar a la playa con mucho erotismo se quitó su short vaquero y su camiseta y debajo llevaba el pequeñísimo bikini azul que la hacía aún más guapa.

Al bajarme los pantalones ella pudo notar como mi pene marcaba una montaña bajo el bañador. La muy cabrona sabía que me tenía torturado y me dijo con sorna:

"Cémo te pone este bikini, ¿eh?"

Al rato me pidió que le untara el bronceador y lo hice encantado, se soltó el cordón del bañador, se tumbó boca abajo en la toalla y con su mano se recogió el pelo para que su desnuda espalda quedara libre y yo pudiera extenderle la crema. Su espalda es fina, muy suave y morenita, me encantaba tocarle la espalda y llegar hasta rozar el comienzo de sus senos, pero tampoco me atreví a más, luego le di más crema por la parte posterior de sus muslos y viendo como su pequeña braguita me mostraba un delicioso culo. De buena gana le hubiera pegado un bocado.

Creyendo que había acabado, me dijo que continuara por delante. Se tumbó boca arriba y ¡zas! se retiró el sostén. Sus dos hermosas y morenitas tetas aparecieron por primera vez a pocos centímetros de mí, redondas, preciosas y remarcadas por dos rosáceos pezones que estaban erectos.

Me quedé atontado y empalmado mirándola.

"Venga, ¿a qué esperas?, ¿nunca has visto unas tetas?".

Lo cierto es que sí las había visto a otras mujeres en la playa y siempre me gustaba observarlas, pero nunca se las había visto a ella y menos desde tan cerquita. Comencé a esparcir la crema por su cintura, por sus hombros y sus brazos, pero no me atrevía a pasar mis manos por sus pechos. Ella cogió una de mis manos y la posó en su teta derecha diciendo:

"Venga, tonto, dame la crema en las tetas que si no se me queman, no te vas a cortar por eso ¿no?, somos hermanos..." .

Mi verga hacía esfuerzos por salirse del bañador. Lentamente empecé a darle el bronceador por su teta derecha y luego la otra, y poco a poco fui perdiendo la timidez y disfrutando de aquellas esponjosas y suaves tetas, que tenían un tacto suave, muy suave, después terminé con sus muslos y ella abrió un poco las piernas, permitiéndome esparcir mejor la crema por todas partes, de vez en cuando mis dedos rozaban la costura de la braguita de su bikini ¡qué gozada!. Luego fue ella la que quiso darme la crema y primero me coloqué boca abajo y sus suaves manos comenzaron a acariciar mi espalda, lo hacía muy suavemente con mucha ternura, después mis muslos y dándome la vuelta mis hombros, mis brazos y mi pecho, cosa que hizo tener mi pene erecto durante toda la operación. Aunque ella se daba cuenta perfectamente de mi apurada situación, no hizo ningún comentario como si fuera la cosa más natural del mundo.

Después de un buen rato tomando el sol, decidimos darnos un baño en el mar. Jugamos en el agua, como hacíamos siempre, salpicándonos y empujándonos bajo el agua, y haciendo nuestras peleas como dos críos, aunque ya no lo éramos.

De pronto ella buceó y desapareció. Cuando quise darme cuenta estaba bajo el agua entre mis piernas y de una golpe me bajó el bañador hasta los tobillos y se alejó nadando con la prenda en sus manos, me había dejado en pelotas bajo el agua. Sentí algo de vergüenza y quise vengarme, entonces nadé rápidamente donde ella estaba e intenté bajarle sus braguitas pero se resistió mucho protestando, hasta que lo logré dejándola desnudita, llevándome sus braguitas. Así estuvimos jugando un rato. Sólo podía ver su cuerpo desnudo difuminado bajo el agua, pero para mí era suficiente y el solo hecho de estar yo desnudo y ella también, era más que alucinante.

Luego nos devolvimos las prendas, nos las pusimos bajo el agua y volvimos a la arena a seguir tomando el sol. Ella se quedó adormilada y yo no la quité la vista de encima en ningún momento recorriendo todo su magnífico cuerpazo.

El domingo por la mañana mis padres se fueron de vacaciones y nos dejaron en casa solos, pues yo tenía que estudiar para recuperar en septiembre las asignaturas que me quedaron y Noelia también se quedó pues tenía que trabajar, pues ella era entonces dependienta en una tienda de ropa. Antes de partir con el coche, mi padre nos dijo su acostumbrada frase:

"Que seáis buenos"

Esa misma mañana cuando yo estaba afeitándome en el baño, pues ya empezaba a tener barba de hombre, entró mi hermana y dijo que tenía prisa y que se iba a duchar, despreocupándose de que yo estuviera allí, se colocó de espaldas a mí, se quitó una blusa que llevaba, se soltó el sujetador, dejándolo caer al suelo y luego su falda y sus braguitas, quedándose en pelotas de espaldas a mí, mostrándome su desnudo cuerpo. Otra vez mi polla se izó como un resorte. Con toda naturalidad abrió los grifos de la ducha y agachándose probó la temperatura del agua. En esa posición podía ver como su chochito sobresalía entre sus muslos y me mostraba de nuevo su rajita. Se coló en la ducha, mientras yo terminaba de afeitarme, con una erección mayúscula.

Esa tarde y esa noche mi hermana me provocaba con sus vestiditos, o paseándose en ropa interior, o haciendo esas posturas tan sensuales. Después de cenar uno frente al otro, ella empezó a comer un plátano, y yo no podía más, sus labios bordeaban la punta de la fruta, luego con mucha sensualidad lo chupaba con su lengua, para luego darle pequeños mordisquitos mientras me miraba fijamente a los ojos. Me estaba matando, todas sus insinuaciones y sus provocaciones eran demasiado para mí y en un arranque animal pensé violarla allí mismo, aunque no sabía si ella era consciente de ello, tuve que contenerme.

Los dos días siguientes fueron mortales para mí. Mi padre nos había encargado que pintáramos las paredes del garaje, pues estaban llenas de manchas de humedad. El caso es que entre los dos nos dispusimos a pintar. Preparé los botes y las brochas y cuando llegó Noelia al garaje, yo me empalmé de nuevo al verla. Como hacía mucho calor Noelia se puso una camiseta vieja muy ajustada y cortita que descubría su cintura y su ombligo, la camiseta se ceñía tanto a sus curvas que se veía que no llevaba sostén, dibujando sus tetas bajo la tela y resaltando sus pezones como dos botones, llevaba también unos pantalones de lycra azules, muy cortos y ajustadísimos que llegaban a enseñar el comienzo de sus posaderas, además se marcaban perfectamente dibujadas sus braguitas bajo el pantalón. Yo me dediqué a lo duro, dándole al rodillo y ella utilizaba un pincel haciendo las esquinas y los rincones donde yo no llegaba. Yo tenía el bote muy cerca de mí y ella iba y venía a por pintura meneándose delante mío y poniéndome como una moto. Creo que alguna vez pudo notar mi erección bajo el pantalón. Mi hermana no parecía tener bastante con pasearse delante mío y comenzó a rozarme una y otra vez con su cuerpo. Primero me pasó las tetas por la espalda con la disculpa de coger un trapo o pintar algún recoveco, cada vez que notaba sus tetas en mi espalda mi polla daba un respingo. Luego por un lado rozaba sus caderas con las mías y alguna vez su mano acariciaba mi trasero como si fuera accidentalmente. Ya no podía más y fue mucho más duro cuando yo estaba pintando una pared y la muy zorra se colocó delante mío pues tenía el bote de pintura a mis pies, se agachó mostrándome su culo y echándose hacia atrás se sobó bien sobado su trasero contra mi verga. Yo cerré los ojos para sentirla más intensamente, qué gozada poder tener el culo de mi hermana pegado a mi erguida polla. Notando mi empalmada, ella se dio la vuelta con carita dulce:

"¿Qué tienes ahí tan duro hermanito?"

A continuación se rió con ganas. Le encantaba hacerme sufrir.

Esa noche casi no pude dormir y quise que toda mi tortura tuviese algún premio, aunque como he dicho el solo hecho de observarla ya era demasiado.

A la mañana siguiente, el día amaneció muy caluroso y de nuevo Noelia me sorprendió acercándose a mi cuarto vestida tan solo con un camisón de seda brillante de color gris muy corto de tirantes. Yo todavía estaba tumbado en la cama, desnudo bajo las sábanas, pues el calor era sofocante.

"Buenos días Raúl"

"Hola"

Su espléndida figura se ensalzaba con ese mini camisón que formaba arrugas con sus movimientos y pensar que debajo estaba desnudita, me electrizaba. Con su habitual sonrisa me dijo:

"Bueno, levántate ya, que quiero lavar las sábanas"

"Sí, ahora voy"

"No venga, date prisa y levántate ya que quiero poner una lavadora pronto"

"Vale, pero sal un momento, es que estoy sin ropa"

"Vaya, ¿te va a dar vergüenza que te vea tu hermana desnudo?"

"Bueno yo..."

Yo notaba que mi hermana se había levantado más excitada de lo normal, quizá por el calor o por el hecho de que estuviéramos solos en casa o vete tú a saber, pero quería verme en bolas, estaba claro.

"Venga Raúl"

"Pero es que..."

"¿Qué pasa?, ¿que la tienes como un garrote?"

Rió a carcajadas otra vez por mi situación, ya que era cierto lo que decía, pues tenía una empalmada brutal. Luego me dijo:

"Somos hermanos, no creo que nos vayamos a asustar por vernos desnudos... Total ya nos hemos visto otras veces"

"Sí, pero ..."

"¿Cual es el problema?, ¿te quedas más tranquilo si me desnudo yo también?"

Esa frase hizo que todo mi cuerpo se estremeciera y los pelos se me pusieron de punta, igual que mi pene. Pregunté incrédulo:

"¿Cómo?"

"Sí tonto, ¿que si quieres verme desnuda a mí?"

"Sí, claro que me gustaría"

"Si es una tontería hombre, es la cosa más natural del mundo, al fin y al cabo somos hermanos. ¿Pues no te he bañado yo miles de veces cuando eras más pequeño?"

"Ya, pero ya no somos críos..."

De nuevo sus risas.

"Te excitaría mucho verme en pelotas ¿verdad?"

Como lo sabía la muy putilla. Yo no podía más, estaba totalmente empalmado y muy muy excitado.

"Sí que me gustaría verte desnuda..."

"Pues no hay problema hombre..."

Se puso en pie, se quitó un tirante del camisón, luego el otro y la vaporosa tela cayó rápidamente a sus pies. ¡Qué maravilla! ¡Qué preciosidad!. Creo que me quedé con la boca abierta observándola, me quedé embobado, atontado, alelado, agilipollado. Qué cuerpo más perfecto tenía: su preciosa cara, sus redondas tetas con sus rosados pezones, su cintura plana y estrechita, sus anchas caderas, sus muslos, sus piernas, su hermoso pubis recortado. Mi hermana tenía cuerpo de diosa, o al menos a mí me lo parecía. Ella insistió:

"Bueno, ¿qué?, ¿qué tal?"

Creo que yo me quedé inmovilizado porque mi cuerpo no respondía.

"Estas buenísima Noelia ¿sabes?"

"Gracias hermanito, pero ahora te toca a ti"

Intenté salir de la cama con naturalidad, pero en el fondo estaba algo cortado. Cuando lo hice, evidentemente mi polla estaba como una piedra. Me senté en la cama y ella sonrió observando mi miembro.

"Con 17 años, vaya aparato que tienes"

"¿Te gusta?"

"Sí, esta muy bien, es más grande que algunos de los que he visto"

¿Has visto muchos?"

Ella se rió.

"Bueno no demasiados, pero sí he visto alguno, desde luego el tuyo supera la media"

"Con ese cuerpo que tienes hermanita, habrás destrozado a más de uno"

Volvió a reírse, con esa linda sonrisa que la hacía aún más hermosa y más deseable. No quitaba la vista de mi polla. Luego se sentó a mi lado y me dijo:

"¿Te excita verme así?

"Sí, mucho, ¿no se nota?"

"Ja,ja, ja... Luego te masturbarás otra vez ¿no? "

"Claro Noelia, me tienes loco"

"Lo cierto es que me gusta que te pongas cachondo por mi culpa... Se me ocurre una idea, como papá y mamá no están y como hace tanto calor podemos ir desnudos por casa, así no te perderás detalle y te lo pasarás en grande viéndome desnuda y yo a ti, porque también me gusta verte desnudo ¿qué te parece?"

Era increíble, mi hermanita, ese sueño que tenía en la cabeza desde hacía tiempo, se me iba a mostrar enterita en bolas, solo para mi. ¡Alucinante!. Contesté entusiasmado:

"Me parece genial"



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"este es un esfuerzo individual, pero nunca podran detenernos a todos"-the mentor- HACK THE PLANET


Friki Mago

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Los jugueteos y las situaciones van haciéndose cada vez más atrevidos: andar desnudos por casa, masturbarse uno enfrente del otro, mutuamente y al fin...


Así lo hicimos, aunque al principio yo estaba algo nervioso, luego fue mucho más divertido, pues de vez en cuando tenía cerca a mi hermanita sin ropa y eso provocaba una y otra erección en mi polla. A ella eso le gustaba y le excitaba , a mí no digamos.

Mientras desayunábamos, ella se levantaba continuamente y se paseaba delante mío con su espléndido cuerpo desnudo provocándome, agachándose cuando metía la ropa en la lavadora, acercándose a mí, preparando la comida y ella disfrutaba también observándome y mirando mis continuas empalmadas. Alguna vez pasaba muy cerca de mí y nuestros cuerpos se rozaban, cada roce era como un chispazo. Era algo extraño y divertido a la vez, pues nunca lo habíamos hecho, pero a los dos nos gustaba.

Después de comer (también desnuditos), nos sentamos a tomar unos bombones helados en el sofá mientras veíamos la tele. Ella sacaba y metía su helado de la boca, succionándolo con la boca y con la lengua mientras sus ojos me miraban lascivos. Me provocaba con esos gestos, con esas miradas y además tenerla desnuda a unos centímetros de mí, era lo mejor que me podía pasar en la vida. Mi polla volvía a ponerse a tope. Ella se quedó mirando mi tieso aparato:

"Vaya erección tienes Raúl ¿todavía no te has masturbado hoy?"

"No aún no"

"Pues no deberías quedarte con esa calentura"

Me decía eso con esa boquita brillante por el helado y con sus labios carnosos en forma de corazón que yo deseaba tener rodeando mi polla. Yo miraba su desnudez boquiabierto. Ella me guiñó un ojo.

"¿Te parezco sexy?"

"¿Sexy?, creo que tienes un cuerpo perfecto"

"¿Te parezco más atractiva que otras chicas?"

"Claro, eres la mujer de mis sueños"

"Pero soy tu hermana."

"Pero...es que tú me provocas Noelia"

De nuevo su risa.

"¿De veras?, dime ¿cómo te provoco?"

"Sí, me vuelves loco, con tu cuerpo, con tus andares, con tus posturas, con tus insinuaciones, al final tengo que ir al baño y me pajeo como loco, como nunca lo había hecho, te imagino cómo te desnudas ante mí y cómo me acaricias y como te meto la polla en tu coñito..."

A Noelia se le dilataban las pupilas y las mejillas se le sonrosaban, algo que denotaba su excitación. Su cara resplandecía y su excitación iba en aumento. De nuevo me sorprendió.

"¿Te gustaría masturbarte viéndome así, desnudita?"

"No, es que me da vergüenza"

"¿Por qué?, no seas tonto, ¿no te haces miles de pajas imaginándome?, pues aprovecha y hazlo viéndome, a mí no me importa, además me gustaría verte cómo lo haces"

Claro que me apetecía, pero sentía cierto reparo de hacerlo delante de ella, nunca me había pajeado delante de nadie.

"Me da corte..."

"Venga, me gustaría verte y me excita saber que lo haces por mí"

De nuevo su frase me sorprendió y me excitó mucho. Contesté ruborizado.

"No me atrevo"

"Venga, ¿quieres que yo te provoque? ¿pongo alguna pose sexy? ¿quieres que me masturbe yo también?"

Sin dejarme responder mi hermana se tumbó boca arriba en el sofá y comenzó a pasar la lengua por sus labios en una pose muy erótica, con una mano se acariciaba las tetas y se pellizcaba los pezones con la otra iba bajando por su cintura hasta llegar a su coño, abrió sus piernas y empezó a estimularse con dos dedos el clítoris y los labios vaginales. ¡Vaya panorama!

Dudé en principio, pero con aquella escena, mi mano obedeció a mi hermana y comencé a masturbarme suavemente, con lentitud, disfrutando de lo que tenía delante, observando su hermoso cuerpo y viéndola cómo se masturbaba ella. Noelia arqueaba su espalda para mostrarme con mucha sensualidad todo su cuerpo, abriendo ligeramente las piernas, para que yo pudiera ver bien su conejito. Me percaté que su rajita estaba brillante debido a lo cachonda que estaba.

"Qué polla más linda tienes Raúl, cómo me gusta verte masturbarte"

"A mí también me gusta verte cómo te acaricias"

Ella cerraba los ojos, soltando gemidos y jadeos. Su cuerpo brillaba por el sudor. Mi polla estaba a punto de reventar. Noelia empezó a respirar más profundamente, sus labios parecían hincharse y sus pezones estaban erectos. De repente su respiración se hizo entrecortada, jadeó con más fuerza lo que me hizo entender que estaba teniendo un orgasmo, lo cual me llevó a correrme a mí, soltando varios chorros de semen que cayeron por la alfombra y el sofá.

Noelia se quedó tumbada un rato recuperándose y yo también. Ella me sonrió:

"Ha sido bonito ¿verdad?"

"Ya lo creo"

"¿Mejor que imaginarme?"

"Desde luego. ¿Y tú? Lo has pasado en grande ¿no?"

"Sí, he tenido un orgasmo genial"

Ella tuvo que marcharse, pues había quedado con unas amigas, se duchó, se vistió y me dio un besito en los labios.

-"Tenemos que repetirlo hermanito"

La estuve esperando toda la tarde, pero llegó a casa muy tarde, a eso de las 11 de la noche. Yo estaba desnudo, sentado en el sofá. Al verme me preguntó:

"¿Me estabas esperando?"

"Sí Noelia, tengo ganas de verte desnuda otra vez"

"Ven, me voy a dar un baño, estoy empapada de sudor"

La acompañé hasta el baño y preparó el agua. Llevaba una minifalda de cuadros y una blusa blanca anudada a la cintura, su ombligo parecía llamarme para que me lo comiera. Mientras se soltaba la trenza que llevaba el pelo me preguntó:

¿Te has masturbado ya ?

"No, quiero hacerlo viéndote"

"Ja, ja, ja, te gusta más así ¿eh?"

"Sí, mucho"

"¿Quieres desnudarme tú?"

Bueno, ya estaba otra vez, me iba a matar con tanto placer, ¿cómo podía negarme a algo así?

"Sí, claro"

Primero le quité el nudo de la blusa y uno a uno le fui quitando los botones de la blusa, dejé caer al suelo la prenda y llevaba un sostén color azul. Se dio la vuelta se sostuvo la melena y con alguna dificultad le desabroché los corchetes del sujetador. Volvió a ponerse frente a mí y me sonreía. A todo esto mi nabo estaba apuntando al cielo y a ella le encantaba verme así. Le bajé un tirante, luego el otro y el pequeño sostén cayó al suelo también. Sus erectos pezones me miraban. Le solté la cremallera de la falda que estaba en un costado y se deslizó hasta el suelo. Sus braguitas azules eran muy pequeñitas y algo transparentes, podía verse el vello de su pubis a través de ellas. Me quedé un rato parado.

"Venga hijo, ¿a qué esperas?"

Obedecí como un niño bueno y mientras me agachaba iba bajando las braguitas por los muslos. La despeloté pasando unos momentos más que excitantes. Quién me lo hubiera dicho unos días antes, ni yo mismo me lo hubiera creído. Me agarró de la mano con la suya, una suave y pequeña mano que terminaba en unos preciosos dedos y unas afiladas y bonitas uñas, me encantaban sus manos.

"Ven, vamos a ducharnos juntos"

Pasamos juntos a la bañera cogidos de la mano. Agarró la ducha de mano y comenzó a mojarse con el agua templada, su cuerpo brillaba y el agua se deslizaba por su piel formando unos ríos de los que yo deseaba beber. Después me mojó a mí con la ducha quedándonos empapaditos. Mi polla seguía firme y dura sin importarle el agua que le caía encima. Tomó un poco de gel en una de sus manos, hizo que me girara de espaldas a ella y comenzó a enjabonarme el pelo, dándome pequeños masajes, después hizo lo mismo con mi espalda. Sus caricias eran suaves, tiernas, sensuales, sus finas manos eran captadas por todos los poros de mi piel. Bajó sus manos por mi cintura y enjabonó mi culo para luego meter su mano por la raja, hasta llegar a mi ano. Pegué un bote, pues era una especie de cosquilleo y de gusto a la vez. En alguna de sus lentas y concienzudas pasadas por mi culo aplicándome el jabon, sus tetas rozaban mi espalda, pudiendo notar cómo se me clavaban sus duros pezones. Me enjabonó los muslos, me dio la vuelta, yo estaba como un títere, me dejaba hacer lo que ella quisiera.

"Cuánto hacía que no te bañaba Raúl"

"Sí, hace mucho tiempo, pero me gusta más así, los dos juntitos en la bañera"

Rió otra vez. Se llenó las manos nuevamente de gel y me hizo una nueva aplicación por los hombros, el pecho, el ombligo, los brazos... Se agachó para lavarme los muslos y las piernas y subió con su mano hasta mis huevos, los sobó con dulzura. Mi polla rebotaba y yo notaba un gusto enorme en todo mi cuerpo. Me agarró la polla con su mano, cuando lo hice me tuve que agarrar a los grifos pues aquello hizo tambalearme, me echó la piel hacia atrás y con la otra mano me enjabonó suavemente el glande. Se recreó con mi polla que tenía una dureza mayor de la habitual, yo creía que iba a estallar como un petardo. Vaya masaje me hizo la muy cabrona. Dio una palmada en mi culete y dijo:

"Te toca, chato"

No lo dudé ni un segundo, tomando algo de gel en mi mano, comencé a acariciar su cuerpo, primero su espalda suave y brillante, le enjaboné el pelo metiendo mis dedos en sus suaves cabellos, acaricié su cintura, sus brazos, su culo... hice lo mismo que ella, metí mi mano entre sus glúteos y llegué hasta su ano, ella soltó un gemido. Se dio la vuelta y se la veía impaciente para que le diera unos masajes por delante, lo hice encantado. Enjaboné sus hombros, sus brazos, su cinturita, le dediqué un buen masaje a sus tetas y a sus pezones, cosa que le agradó mucho, pues cerraba los ojos y apoyaba su mano en mi hombro. Bajé por sus muslos, primero por la parte externa y luego desde los tobillos fui subiendo lentamente, muy lentamente, acariciando la parte interna de sus muslos rozando sus ingles, mi mano acarició su vello púbico y luego metí un dedo en su rajita siguiendo toda su longitud. Mi hermana seguía con los ojos cerrados, comenzó a jadear y a respirar muy fuerte. Quité mi mano de su coñito, pero ella me agarró la mano y me dijo:

"No me dejes así, sigue Raúl, por favor"

Se la veía cachondísima y seguí acariciando su pubis, sus ingles para rozar con la yema de mis dedos su húmeda rajita arriba y abajo, encontré lo que me pareció el clítoris, algo desconocido para mí, fue entonces cuando sus jadeos se convirtieron en gemidos y algún pequeño gritito, que me encantaba. Estaba dándole placer a esa mujer, que era mi hermana, pero que era una fantástica mujer con un fantástico cuerpo. Llegó al orgasmo y continuó con los ojos cerrados sintiendo en lo más hondo de su cuerpo todo el placer. Luego abrió los ojos y en un susurro me dijo:

"Qué gusto me has dado hermanito"

Todavía estábamos llenos de jabón, pero no nos importaba ya que estábamos disfrutando como nunca, al menos yo. No pude evitar empezar a pajearme teniendo a Noelia tan cerca, tan hermosa, tan sensual, tan cachonda, pero ella separó mi mano de mi polla y la agarró con su mano.

"Déjame a mí, quiero hacértelo yo"

Me masturbaba lentamente, con mucho cariño, con mucha suavidad, haciendo que mi glande apareciera grande y brillante cada vez que la piel de mi verga bajaba. Qué bonito ver su mano agarrándome la polla. Ella apoyó su espalda en la pared, subió una pierna hasta ponerla en el borde de la bañera.

"Acércate más a mi Raúl e imagina que me estas follando ¿vale?

"Sííí"

Yo casi no podía hablar. Me acerqué a ella hasta casi quedarnos pegados y siguió pajeándome a mayor velocidad. Puso la punta de mi polla a pocos milímetros de su chochito, mi glande rozaba los enjabonados pelitos de su entrepierna y alguna vez rozaba su rajita. Sus tetas acariciaban mi pecho y yo creía morirme de placer:

-" ¡Qué gusto Noelia, qué gusto...!"

Sus labios se comieron literalmente los míos en un beso ardiente. Su lengua buscó la mía dentro de mi boca. Siguió masturbándome. Yo cerré los ojos y no pude aguantar más.

"Me corro , me corro..."

Apenas dije eso, cuando de mi polla salieron varios chorros de semen que chocaron contra su coñito, sus muslos, su tripita, llegando alguna gota hasta sus pechos. Seguimos besándonos y mordiéndonos los labios. Yo me sentía sencillamente en el cielo. La mejor paja que nunca me hubiera podido hacer yo. Fue maravilloso.

Volvimos a besarnos abrazados, pegando nuestros cuerpos, jugando con nuestras lenguas y acariciando nuestros desnudos cuerpos.

"Noelia, ¿puedo dormir contigo esta noche?"

"Claro que sí tonto".

Así fue, después de habernos secado mutuamente, nos acostamos en la cama de mis padres abrazados, yo pegué mi pecho contra su espalda y enseguida me quedé dormido.

Cuando me desperté por la mañana, debían ser las 7 más o menos, Noelia continuaba dormida frente a mí. Levanté las sábanas para observarla mejor. Qué guapa y qué buena estaba la condenada. Acaricié sus tetas, su pelo, después su coñito, cuando se despertó. Se estiró adormilada.

"Hola hermanito, ¿qué tal has dormido?"

"Como nunca"

"Anoche lo pasamos bien ¿eh?"

"Creo que nunca voy a olvidar ese momento"

"Ja, ja , ja ... Yo todavía estoy cachonda, me diste un gusto enorme, ¿sabes?"

Mi polla volvió a ponerse como un palo al oírle decir aquello. Me quedé observando su desnudez, con todo detalle, fijándome en sus ojos, su pelo, su carita de adormilada, sus tetas, sus piernas, todo, todo, todo.

"Tu no eres consciente de lo buena que estás, ¿sabes? , vuelves locos a los tíos y a mí más que a ninguno, estás que triscas hermana"

Mis palabras también la excitaban y se tumbó boca arriba en la cama magreándose todo su cuerpo ofreciéndome un panorama que cualquier hombre hubiera deseado, tener a una preciosidad tumbada junto a ti sobándose por todos lados. Después se incorporó, observó como yo me masturbaba viéndola, acerco su cara a la mía y me besó en los labios. Sacó la lengua y dibujo el contorno de mis labios con ella, después estábamos besándonos, mordiéndonos.... Se separó de mí y me sonrió. Su sonrisa, estando desnuda, se me hacía aún más resplandeciente. Señalando mi polla me preguntó:

"¿Quieres que te lo haga yo?"

Estaba claro que mi hermana estaba muy caliente

"¿Te gustaría chuparme las tetas?"

"Sí que me gustaría"

"Pues venga, ¿a qué esperas?"

Me tumbé boca arriba, ella se incorporó y abriendo las piernas se sentó sobre mis rodillas, su sexo estaba a pocos centímetros del mío, siguió pajeándome y sus tetas quedaron a la altura de mi boca. Se agarró al cabecero de la cama con una mano y me empotró sus tetas en la cara. Mis labios y mi lengua empezaron a lamer aquellas magníficas protuberancias mamarias que sabían deliciosas. Mis dientes rozaban sus pezones y me lengua jugueteó con uno de ellos, lo que produjo que mi hermana soltara un intenso gemido.

Ella seguía masturbándome, cada vez con mayor velocidad, mientras yo cerraba los ojos y sentía aquel profundo gusto en mi interior. Abrí un momento los ojos y ella no apartaba la mirada de mi glande que parecía gustarle y no se decidía pero parecía que deseaba comérselo. Mi sueño se estaba cumpliendo y no sabía cómo iba a acabar todo aquello, aunque camino llevaba de ser maravilloso. De pronto, casi sin poder controlarlo tuve un orgasmo y mi semen bañó de nuevo su desnudo cuerpo, ella se esparció toda la leche por el cuerpo como si fuera una pomada. Después volvió a besarme dulcemente en los labios.

"Tengo que irme a trabajar Raúl, esta noche te haré otro regalito, ¿de acuerdo?"

"Sí Noelia, te esperaré impaciente"

Se duchó, se vistió y se fue a trabajar. Todo ese día estuve nervioso y excitado pensando en el "regalito" que me iba a dar mi hermana.

Llegó a casa sobre las 9 de la noche y yo estaba esperándola otra vez desnudo, tumbado en el sofá. Al entrar en el salón me preguntó:

"¿He tardado mucho?"

"Me ha parecido una eternidad"

Se colocó de pie frente a donde yo estaba tumbado y comenzó a quitarse cada una de las prendas que llevaba encima. Me senté para observarla mejor. Primero se despojó de uno de sus zapatos de tacón, luego el otro, luego se sacó la camiseta de tirantes sin nada de debajo y sus tetas rebotaron, después se quitó los botones de la bragueta de su ajustado pantalón de color naranja y a continuación sus braguitas blancas. Otra vez me quedé extasiado viendo a mi hermana desnuda frente a mí. Mecánicamente comencé a masturbarme con aquella magnífica visión.

Sin decir nada, me empujó sobre el sofá y me quedé tumbado boca arriba, ella cayó sobre mi cintura, apoyó sus manos en mi pecho, me sonrió y su culo comenzó a moverse rítmicamente adelante y atrás sobre la punta de mi polla que yo creía que iba a estallar en cualquier momento, pude notar como su húmeda rajita abarcaba mi pene y le masajeaba siguiendo toda su longitud, dándome un gusto tremendo, notando como sus jugos embadurnaban mi pene. Los dos soltábamos gemidos. Sus tetas oscilaban arriba y abajo al ritmo que llevaban sus caderas sobre mi cuerpo. Así estuvo un buen rato sobando su sexo contra el mío. De pronto frenó en seco, se me quedó mirando y me dijo:

"Esto que estamos haciendo hermanito ¿estará bien?"

"Está de puta madre, hermana"

"Pero Raúl, somos hermanos"

"No, somos un chico y una chica que quieren gozar a tope, yo estoy descubriendo contigo lo que es el placer, no puedo tener mejor profesora"

Creo que estuve ocurrente con aquella frase, porque a mi hermana se le olvidaron todos los prejuicios y todos sus temores.

Se deslizó hacia atrás besándome el pecho, la cintura, se arrodilló entre mis piernas, besó mis muslos hasta colocar su cara frente a mi polla.

Cuando menos me lo esperaba, sus carnosos labios habían bordeado la punta de mi polla y estaba chupándome, besándome y mordiéndome todo el nabo y su mano acariciaba mis huevos. Empezó a bajar sus labios por toda la largura de mi pene y me hizo una mamada espectacular. Sus labios se apretaban contra mi erguido miembro y sus ojos me dedicaban una tierna mirada. Era la primera mamada que me hacían y no tardé en soltar unos chorros de semen que salpicaron en su boca, su cara, sus tetas y su pelo. Ella estaba disfrutando, se le notaba.

Agarrándome la polla y calada con mi semen por toda la cara me preguntó:

"Así es mucho mejor ¿no?"

Yo no podía articular palabra, estaba como ido, mis piernas temblaban, mi polla daba espasmos y mi respiración era fatigosa.

Se puso en pie , me incorporé sentado y ella se colocó entre mis piernas y ofreciéndome su coñito me dijo:

-"¿Te gustaría comértelo?"

"Sí Noelia, túmbate en la alfombra"

Se echó en el suelo boca arriba y yo puse mi cabeza entre sus piernas, empecé por besarle sus suaves muslos, luego la cintura, el pubis, las ingles, hasta que mi lengua descubrió su húmedo chochito. Aquel sabor tan rico, que aún recuerdo, era algo que no me imaginaba, me sabía delicioso y ella me agarraba del pelo con fuerza sintiendo un placer intenso, soltando pequeños alaridos y gemidos. No tardó en tener un orgasmo cuando mi lengua saboreó su clítoris. Por un momento me asusté pues dejó de respirar, parecía haberse desmayado, pero no era así, sólo durante unos segundos contuvo la respiración y a continuación soltó un gemido muy largo:

"Aaaaaauuuuuuuuhhhhh, qué gusto, qué gusto, mmmmm, qué bien Raúl..."

Para entonces mi polla empezaba a recuperarse de nuevo y ella se percató y me dijo algo que nunca me hubiera esperado:

"¿Quieres follarme Raúl?"

"Sííííí"

Mi respuesta fue casi inmediata.

"Pues vas a ver cómo por fin la vas a tener dentro de mí, eso que siempre has imaginado, quiero hacerte disfrutar ese momento, quiero que me folles como loco, quiero que me partas en dos"

Entonces ella se incorporó y volvió a meterse mi pene en la boca haciendo que se pusiera como una piedra. La vista de mi polla desapareciendo en su preciosa boca me encantaba.

Otra vez me colocó tumbado sobre el sofá, abrió las piernas, acercó su sexo al mío y agarrándome la polla la pasó arriba y abajo por su rajita cuando de pronto se sentó sobre mí introduciéndose mi miembro lentamente en su interior. Por un momento mi vista se nubló, pude ver el cielo, las estrellas y el más allá. Nunca había sentido un placer tan grande e intenso. Toda mi polla entró en el coño de mi hermana. Los músculos de su vagina se aferraban a mi falo y en un mete y saca frenético, comenzó a follarme como una loba, mientras gritaba y gemía con fuerza. Se puede decir que prácticamente mi hermana me violó (aunque yo me dejé ,claro). Un nuevo orgasmo la invadió y repitió mi nombre.

"Raúl, Raúl, Raúl.... ayyyyy, Raúl"

Ella seguía subiendo y bajando por mi polla y sus tetas bailaban al compás de sus movimientos. Después se levantó se colocó en cuclillas dándome la espalda y empezó a botar de nuevo sobre mi pene mientras yo la agarraba por la cintura y las caderas. Cerró los ojos y daba gemidos que a mí me extasiaban. Mi polla se hinchó dentro de su cuevita y me corrí intensamente en su interior. No podía imaginar que un polvo fuera tan maravilloso. Creo que desde entonces amo el sexo y a mi hermana, por supuesto, pues me dio algo que yo no conocía, con una maestría y una ternura increíbles.

Permanecimos unidos unos momentos recuperándonos de tanto frenesí.

"Lo has hecho muy bien hermanito, nunca me habían dado tanto gusto, follas de maravilla"

Me sentí muy contento de oírla decir eso. Luego estuvimos charlando sobre lo ocurrido y nos reímos pensando en la cara de nuestros padres si nos hubieran pillado.

Durante los 15 días que duraron las vacaciones de mis padres, mi hermana Noelia y yo seguimos con nuestros eróticos juegos, durmiendo juntos, follando a diario y yo aprendí nuevas posturas, nuevos placeres y nuevas experiencias que mi hermana me regaló y me enseñó y que recuerdo hoy como si el tiempo no hubiera pasado.

Ahora Noelia, que sigue estando tan buena como antes, está casada con un arquitecto y se puede decir que vive muy bien. Yo voy a visitarla a su casa a menudo. Cuando no está mi cuñado, volvemos a revivir los días pasados como lo hacíamos entonces, nunca he sentido con ninguna mujer tanto placer como el que viví y sigo viviendo con mi hermana.


escrita en el foro de WWW.CMH-IP.NET por R15



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Friki Mago

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Buena o no???

NOTA: SI DICES K NO TE PUSO NI SIKIERA UN POKITO CALIENTE (CAXONDO) ERES UN MALDITO MENTIROSO

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xDDDDDDD estas enfermo mage pero esta bien la historia ahy q admitir q pone caxondo pero si queres hablar de verdad de historias sucias ya te mando una pa q veas ..

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aqui esta mage leela y dime:
Se llama mi mama y yo en la duxa a quiero decir q no es una esperiencia mia es copiada de una pagina solo para q sepan.

Cuando hice aquel viaje a New York con mi madre yo tenía 16 años, y ella treinta y tres. Se había casado muy joven estando embarazada de mí, y a los 2 años se divorció, por lo que apenas tuve relación con mi padre, era hijo único y siempre estuve muy ligado a mi madre, lo que no quiere decir que fuera un niño mimado, enmadrado o amanerado, todo lo contrario, me gustaban horrores las chicas, siempre estaba pensando en ellas aunque no había tenido ninguna experiencia y, por supuesto, no paraba de masturbarme a todas horas.

A mi madre le había tocado un viaje de un fin de semana a New York para dos personas, que se ganó en un sorteo de la empresa donde trabaja y como no tenía con quien ir, pues de hecho no había vuelto a tener pareja estable desde su divorcio, fuimos los dos juntos.

Llegamos el viernes por la tarde al hotel, la sorpresa al llegar fue que sólo había una cama de matrimonio, circunstancia a la que mi madre no dio importancia, dijo que ya nos arreglaríamos, pero a mí me incomodó bastante, ya que por ese entonces yo solía estar empalmado continuamente y tenía miedo de que me descubriera. Sin embargo, lo que más me preocupó fue el ver que la habitación, que era de diseño muy moderno tenía la ducha en un extremo de la habitación, sin puerta y con una mampara translúcida, lo cual me obligaría a desnudarme en medio de la habitación. Por otra parte me daría la posibilidad de ver a mi madre desnuda a través del cristal, lo que me excitaba enormemente ya que hacían mucho años ya que no había visto a mi mamá desnuda, y para qué negarlo?, mamá está bien buena!.

Una vez en el hotel decidimos cambiarnos para dar un paseo por la ciudad. Mi madre se quitó la ropa con toda naturalidad dejando ver un conjunto de ropa interior negro muy ajustado y que dejaba libre la mayor parte de sus senos y de su trasero, lo que me provocó cierta conmoción en mis partes bajas.

A la vuelta, bastante tarde y algo cansados, llegó el momento que yo estaba temiendo desde que vi la habitación, aunque también en cierto modo ansiaba, pues mi madre decidió que pasáramos a la ducha para dormir más relajados.

- Bien, pasa tú primero a ducharte - dijo, y entonces reparó en como era la ducha - Anda, te has fijado que ducha más original, está en medio de la habitación - pero no le dio más importancia.

Me desvestí, quedándome sólo con los calzoncillos, y me acerqué a la ducha, sin atreverme a desnudarme, así que empecé a perder el tiempo cepillándome los dientes, peinándome, etc. Mi madre se debió dar cuenta de que estaba incómodo porque entonces me dijo.

- Oye, si te da corte que te vea el culo me lo dices y me doy la vuelta, pero no va a ser la primera vez que lo vea, así que métete de una vez en la ducha - dijo mientras empezaba a desvestirse.

Hice lo que me decía, aunque no me atreví a pedirle que se diera la vuelta. Me desnudé y me metí en la ducha, no sé si era mi imaginación pero lo cierto es que sentía que mi mamá me miraba demasiado, sobretodo mi pene, sentía que me estaba examinando y tuve sensaciones de corte y de morbo, entonces vi como ella se acercaba al lavabo que estaba a dos pasos de mí y se desmaquillaba. La excitación me provocó una tremenda erección que trataba de disimular poniéndome de espaldas a ella. En ese estado no podía salir, tirándome un buen rato bajo el agua. Ella se empezó a impacientar y dijo que saliera de una vez, entonces reparé en la situación, en que era mi madre y volví a mi estado normal, saliendo de la ducha, aunque sin intentar ya ocultar nada. Me terminé de secar, me puse un pijama corto y me metí en la cama.

Era su turno, tenía claro que me pediría que me diera la vuelta, pero no lo hizo. Dándome la espalda en todo momento se desabrochó el sujetador y se bajó las bragas con toda naturalidad, sin dejar de hablarme y dándose a veces la vuelta mirándome a la cara, por lo que tenía claro como yo la estaba observando fijamente. Tenía un culo fantástico, bien prieto, con nalgas grandes, gordas y redondas, unas anchas caderas, y unas carnes sonrosadas.

- Hijo, parece que es la primera vez que ves un culo - dijo al ver mi mirada clavada en su cuerpo - Si lo llego a saber te digo que no mires, aunque más vale que te vayas acostumbrando, porque ya ves como es esta habitación. Además no tiene importancia, al fin y al cabo soy tu madre -siguió mientras se metía en la cabina.

Estaba muy cortado pero mi erección era tremenda. Mi excitación al verla debajo del agua adivinando su cuerpo, que se mantenía perfecto, iba en aumento. Observaba la forma de sus senos, intuía su pelambrera a través del cristal y sin darme cuenta empecé a masturbarme sin poder controlarme. Me corrí justo cuando cerró el grifo dejando el pijama manchado de semen.

Salió de la ducha tapándose con la toalla y se sentó en la cama para terminar de secarse dándome la espalda, lo que me permitía ver el perfil de sus senos y el inicio de su culo. Finalmente se levantó se puso unas bragas limpias y una camiseta larga para dormir, me dio un beso en la frente sin llegar a adivinar lo que había estado haciendo al mirarla, apagó la luz y allí acabo todo por esa noche.

El día siguiente fue agotador, visita a la ciudad, subida a la estatua de la libertad, visita a brodway, Manhatan y todo lo demás. No fuimos al hotel ni siquiera para cambiarnos para ir a cenar, cena muy buena cabe decir, así como cabe decir que mi madre bebió algo más de la cuenta, si bien no estaba ebria estaba ya prendida por lo que cuando llegamos estábamos destrozados, aunque habíamos disfrutado mucho y la pasamos realmente bien.

Se acercaba el momento que yo tanto había temido el día anterior, aunque me encontraba más relajado al comprobar la actitud de mi madre en la noche precedente, por lo que me desnudé del todo y fui a cepillarme los dientes, circunstancia que ella apreció.

- Que alegría mi niño - dijo - veo que ya has dejado tus tontos pudores. Y sin quitar ni por un instante su mirada de mi miembro que se encontraba flácido agregó - Mira, para que veas lo natural que es vamos a hacer una cosa que hace mucho que no hacemos, nos vamos a duchar juntos, te apetece?,

- Bueno - dije con una voz entrecortada. Claro que me apetecía pero pensaba que no podría controlarme y suponía que ella ya no encontraría tan natural que tuviera una erección.

- Pues vamos - dijo desabrochándose el sujetador aunque ya de frente a mí, y a continuación bajándose las braguitas. Que hermosas tetas, bien grandes, con unos pezones color rosa y unas aureolas inmensas.

Ahora la tenía ante mí en todo su esplendor. Sus pechos eran grandes aunque firmes, su pubis, fantástico, se adivinaba tras su vello, que tenía muy bien depilado por los lados, sólo tenía pelo encima del coñito, por lo que se podía adivinar su sonrosada almeja. Era la primera mujer que veía desnuda, y era una maravilla, pero también era mi madre y lo sabía, lo que hizo que pudiera controlarme y mantener mi pene en estado de relajación para mi alivio.

- Venga, puedes mirarme todo lo que quieras que seguro que te gusta - Su comentario me cortó un poco y bajé la cabeza, pero ella me levantó de la barbilla y añadió - que ayer bien que mirabas mientras me desnudaba y me secaba, así que deja la timidez y mírame a la cara.

Así que se había dado cuenta de todo, aunque no parecía importarle, es más me estaba incitando a que mirara sin rubores y cara a cara. Sin duda le parecía algo natural.

Nos metimos en la ducha, que no era muy grande, por lo que estábamos bastante apretados, abrió la regadera, me dio la vuelta y comenzó a enjabonarme la espalda con mucha suavidad, bajó por mi trasero, mis muslos hasta llegar a las piernas. Mi pene empezaba a despertarse. Se dio la vuelta y me dijo - Ahora te toca a ti.

Empecé por los hombros, con muchísimo corte fui bajando por la espalda. Se dio cuenta y dijo que apretara más.

- Frota más fuerte que no me voy a desgastar - Al llegar a la cintura mi mano se paró, no me atrevía a seguir. Ella cogió mi mano, la plantó en medio de sus nalgas y añadió - El culito también hay que enjabonarlo, no te dé vergüenza.

Su piel era tan suave, tenía mis manos en medio de las nalgas de mi madre y no podía creerlo, se las frotaba suavemente de arriba hacía abajo, lentamente, luego de sólo enjabonárselas empecé a amasárselas, se las veía y yo sólo quería mordérselas, chupárselas, comérmelas, se las apretaba y a ella no parecía importarle ni incomodarla pues nada me dijo. Mi excitación iba en aumento ya no podía controlarme y tenía una erección considerable que ya no sabía como disimular, situación que enseguida apreció mi madre.

- Ahora de frente - dijo dándose la vuelta. Al ver mi verga que ya estaba totalmente erecta se llevó las manos a la boca y exclamó – uuuuyyyyyy , Pues si que estás hecho un hombre de verdad, sí señor – mientras tenía la mirada clavada en mi miembro que apuntaba hacia el techo.

Entonces me asusté, creí morir de vergüenza y casi me eché a llorar como un niño. Pensaba que me iba a llevar una regañada por estar así delante de ella. Pero una vez más me sorprendió.

- No seas tonto hijo, que eso a tu edad es lo más natural del mundo - A pesar de su comentario mi erección bajó, pero eso no iba a durar por mucho tiempo.
Aún en la ducha me dijo, - además creo que eso también debe ser enjabonado – mientras miraba descaradamente mi verga.

Tomó con una mano mi verga, con la otra el jabón, se agachó en frente de mí y empezó su labor. “Pero que pequeña se te ha puesto”, –dijo- “pero sé como puedo arreglarlo”-agregó con unas risitas muy pícaras-. Primero con su mano agarró mi tronco y lo sacudió varias veces y con fuerza como para que se despertase, a continuación lentamente me corrió hacía atrás el prepucio dejando el glande libre y se le quedó mirando por un momento.

Ya esto era demasiado para mí, miré hacía abajo y me di cuenta que tenía mi pinga a pocos centímetros de la boca de mamá, yo sólo que quería que se la tragara, mandárselo hasta la garganta, creí estar soñando, poco a poco mi verga empezó a pararse de nuevo, luego me percaté de que mi tranca estaba totalmente erecta entre las manos de mi madre, “ya esto es otra voz” “no esperaba menos de ti mi amor” – me dijo. Yo tenía rato ya sin pronunciar palabra por la excitación y el morbo y no me importó para nada lo que ella pudiera decir, aunque estaba consciente que tarde o temprano quizás me regañaría no podía dejar pasar esta situación de tal morbo, simplemente mi excitación no me lo permitía. Empezó a enjabonar mi mástil erecto lentamente, también mis bolas que apretaba lenta pero fuertemente y luego la enjabonada se convirtió en un masaje, mi madre me estaba pajeando de una manera espectacular y sentí que me iba a correr muy pronto. Mientras todo esto pasaba mamá nunca dejó de hablar, hablaba de cosas triviales como el clima en la ciudad, los lentes de sol que se había comprado, lo rica que estuvo la cena, en fin actuaba muy normal, como si nada extraño estuviera pasando y eso inevitablemente me excitaba aún más. Mi eyaculación ya estaba más que anunciada y ella lo presintió por mis gemidos. Desde que empezó a enjabonarme y pajearme había pasado sólo poco más de 3 minutos y no aguanté más, empecé a botar chorros de mi leche caliente sobre ella, y aunque estuve masturbándome continuamente eso días mi eyaculación estuvo muy cargada, mi leche fue a parar en su cara, en su boca y también entre sus grandes tetas, mientras estaba eyaculando ella nunca dejó de pajearme lo que me proporcionaba un placer aún mayor.

Si bien estaba recién eyaculando me había olvidado por completo de que esa mujer era mi madre, o más bien no me importaba porque mi instintos me liberaron de cualquier tabú, yo sólo quería clavarle mi estaca hasta lo más profundo de su ser, hacerla vibrar con mi verga, quería hacerla mía, acabar dentro de ella, quería perder mi virginidad con ella y sabía que aquella era mi oportunidad.

Aún hoy en día no puedo olvidar la imagen de mi madre con mi semen sobre esas hermosas y grandes tetas que tiene, la manera en que mi semen chorreaba sobre sus labios, y de sólo pensar en cómo con su lengua lo chupó para luego tragárselo todo hace que tenga una erección tremenda ahora mismo.

Después enjuagó mi verga con agua hasta dejarla bien limpia del jabón y de semen, me miró a la cara, tomo mi verga que aún estaba parada con su mano derecha y me dio un largo y exquisito beso en el glande, soltó mi polla y luego se puso de pie, “ya te la dejé bien limpia mi cielo”, me dijo.

- Venga, te toca otra vez -, además mira como has dejado a tu mamita hijo, “tendrás ahora que enjabonarme de nuevo y deberás hacerlo muy bien” dijo dándome el frasco de gel. Estábamos frente a frente, primero enjaboné su cuello, luego aún con un poco de pudor bajé hasta sus pechos, y atónito vi como sus pezones, preciosos, grandes y rosados, se erizaban. - Muy bien, lo estás haciendo muy bien, así me gusta, siga así mi niño, siga así- - No podía creerlo, pero mi madre se estaba excitando con mis caricias. Eso, naturalmente, volvió a despertar mi pene que había perdido algo de su erección - Vaya vaya vaya- añadió - veo que tu verga vuelve a crecer, como has crecido hijito, debo decir que tienes una polla muy linda !.

Con este comentario ya me sacó de órbita, era obvio que ella estaba excitada y más que fuera de sí, nunca antes había escuchado esas palabras en boca de mi madre, “polla”, “verga”, estaba hablando como una puta o como si fuera mi mujer o algo así. Sin embargo yo no lo respondí nada, me quedé callado.

Seguí con mi tarea de enjabonarle sus ricas tetas, esta vez era yo quien no quitaba la mirada de esos hermosos pezones que me tenían totalmente loco, se las amasaba, apretaba igual que como había hecho con sus nalgas, sólo que esta vez yo estaba cara a cara del objeto de mi deseo, yo quería probar esas tetas tan deliciosas y mi mamá debió saberlo.

Llegué a tener un erección creo que hasta mayor a la que había tenido ya, mi pene estaba tan erecto que me dolía. Yo ya estaba fuera de mí también y como estábamos de frente y tan cerca el uno del otro decidí restregarle mi verga erecta, y así lo hice, como yo ya en aquel entonces era unos 12 CMS más alto que mamá primero se lo restregué por el abdomen, mientras seguía amasándole sus tetotas, luego mi glande fue aparar en el hoyo de su ombligo, se lo meneaba, se lo restregaba y ella gemía de placer, sin quitar mis manos de sus tetas ni por un segundo me incliné un poco hasta que la cabeza de mi verga llegó a estar frente a frente con su concha, di otro paso más hacia adelante y ahora le estaba restregando mi polla contra su concha, que sensación tan placentera fue sentir como su vello raspaba mi glande que se encontraba totalmente pelado con el prepucio echado atrás, hacía círculos con mi verga sobre su vagina, se la meneaba por todas partes, incluso por la entrada pero sin llegar a empujársela, quería que se excitara aún más. Entonces ella alzó sus brazos por completo hasta tomar con ambas manos el tubo de la regadera que se encontraba por encima de nosotros quedando así totalmente expuesta a mí y a mis deseos.

-Tienes unas tetas fabulosas, tus tetas me tienen loco mamá!, -con esa frase rompí mi silencio. Quieres chuparle las tetas a tu mami?.. – entre gemidos ella preguntó-. Por favor, yo respondí. Entonces qué estás esperando, péguese a las tetas de su mami como cuando era un niño, chupe, chupe todo lo que quiera...

A continuación acerqué mi boca a su teta derecha, no podía creerlo, primero le di un beso en el pezón, ella se estremeció, luego abrí mi boca y encerré todo su pezón entre mis labios y lentamente se lo empecé a chupar, que rico estaba, sus pezones parecían que iban a estallar de lo erectos que estaban, le di pequeños mordiscos y ella empezó a gemir, luego pasé mi lengua por toda su teta, se las besaba, se las mordía, se las chupaba, todo esto mientras mis manos amasaban su culo espléndido, sentía la dureza de sus deliciosas nalgas. Era la primera vez que tenía unas tetas a mi alcance y no podía dejar pasar la oportunidad, le mamé cada cm de sus tetas, mi verga estaba de toque, sentí que en cualquier momento me iba a correr de nuevo y mamá no dejaba de jadear. Estuve mamándole las tetas por unos 3 minutos cuando de pronto ella me preguntó...

-Te gusta lo que me estás haciendo, verdad?

- Sí - dije a media voz, estás deliciosa mami...

- Entonces sigue, aún estoy muy sucia – dijo-, soltó el tubo de la regadera, me dio la espalda bajándome las manos por sus caderas, y con todo descaro separó sus piernas elevando una y apoyándola en el piso de la ducha. - Ahí también tienes que enjabonar - añadió señalándome sin duda su sexo abierto.

Con lentitud llevé la mano a su pubis, enjaboné el poco vello que tenía y después bajé la mano. No lo podía creer, mi madre estaba totalmente mojada. Me acerque lo más que pude a su cuerpo y ahora le restregaba mi verga erecta contra sus grandes y gordas nalgas, me acerque más aún, hasta que mi glande y parte de mi mástil se alojaron en medio de su culo, sentía que mi verga estaba muy bien abrigada donde estaba, era una sensación infinitamente más placentera a cualquier cosa que hubiese probado hasta entonces...

- Vamos no pares, que creías, que sólo te gusta a ti acariciarte? - Volvía a sorprenderme, sabía mis aficiones, aunque lo disimulaba a la perfección - O es que piensas que ayer no vi como te masturbabas mientras me duchaba? - Se había dado cuenta, aunque no había dicho nada - Y no te preocupes, que no me molesta, me halaga, me halaga saber que aún puedo hacer despertar tales instintos y emociones, más aún sabiendo que se trata de mi hijo querido...

Cogió uno de mis dedos y lo metió en su vagina. Era la primera vez que hacía algo así, era fantástico. Si bien era la primera vez que metía mis dedos en el coño de una mujer hice todo lo posible para hacerla pasar un buen rato, y supongo que lo hacía bien porque mi madre no paraba de gemir y de jadear, incluso llegó a gritar de placer. Yo por mi parte estaba en otro mundo, movía mis dedos enérgicamente y variaba la velocidad, me estaba follando a mi madre con los dedos. Como ya dije mi verga se encontraba totalmente erecta en medio de su hermoso culo, su espalda chocaba con mi pecho, mi mano izquierda amasaba su teta izquierda, mi mano derecha la masturbaba locamente, mis brazos la tenían prisionera de mí y mis deseos mientras nos comíamos a besos, me la lengüeteaba, fue el primer beso de ese tipo que pude dar y que como sabían!, yo seguía masturbándola más y más, no paraba de gemir hasta que de pronto se estremeció por completo, ahora sé que fue porque tuvo un orgasmo, mientras todo esto ocurría yo me estaba pajeando con sus nalgas, se lo restregaba por todas partes, hasta llegué a sentir el calor que desprendía su ano hirviente, cuando supe que tuve el orgasmo me volví loco meneándole mi verga y acabé una vez más, me corrí entre sus nalgas y le dejé su rico culo lleno de mi leche caliente, no la había penetrado aún pero fue la sensación más excitante que hube tenido hasta aquel día...

Con mi verga todavía entre sus nalgas la apreté fuertemente contra mí, permanecimos así por unos instantes, luego se volteó y ahora frente a frente me besó en la boca, fueron besos largos y apasionados, apretó fuerte su pecho contra el mío, sentía sus tetas ahora contra mi pecho y mi verga semiflácida contra su abdomen, creí había terminado todo ya pero allí fue cuando terminó de dejarme anonadado. Se arrodilló de nuevo enfrente de mí y me dijo, te volviste a ensuciar, déjame yo lo arreglo –agregó-. Comenzó a besar mi pene que aún no había perdido del todo su erección y que se encontraba lleno de semen, me besó varias veces el glande, y luego se tragó lo que pudo de mi tronco y lo lamió desde casi el comienzo de la base hasta el glande 3 veces hasta eliminar cualquier rastro de semen, esto hizo que mi semen se volviera a poner en pie de guerra, mi madre lo notó de inmediato y dijo “ya estuvo bueno por hoy” quiero que guardes tus fuerzas para cuando volvamos a casa, veo que te gusta que te besen aquí amor, esa sorpresa te la daré después. No había que ser un genio para saber que esa sorpresa sería “una buena mamada”. Esa noche no llegué a follarla, y si bien besó y tuve mi verga algunos instantes dentro de su boca no me dio la tan deseada mamada...

Luego se puso de pie, le limpié el semen de su culo, Nos limpiamos los dos, me secó todo mi cuerpo así como dejó que le secara cada parte de ese rico cuerpo suyo y fuimos a la cama.

- Lo que acaba de ocurrir - dijo cogiéndome la mano - has de considerarlo como un regalo por nuestra visita a New York. Llevo viendo tiempo como has crecido, como te iba llamando la atención el sexo, y quería que lo conocieras. Es algo natural, pero no lo es tanto que lo hagan madre e hijo, por lo que esto deberá ser un secreto entre nosotros. Además - confesó - he disfrutado mucho, debes saber que desde que me divorcié no había vuelto a estar con un hombre, y me ha encantado, me da gusto saber que cuento con un macho como tú en mi propia casa, serás un buen amante, me encargaré de enseñarte todo...

Me besó en la boca por última vez y apagó la luz. Dormimos desnudos, como nos habíamos quedado, le recosté mi verga contra su culo, pasé mi brazo por encima de su cuerpo hasta que mi mano llegó a apretar su teta y nos quedamos dormidos así...

La mañana siguiente, nos levantamos muy temprano, fuimos al aeropuerto y regresamos a nuestro país...

Desde ese día hasta hoy han pasado 5 años, tengo 21 años ahora y desde que volvimos a casa mi madre se convirtió en mi amante, tenemos el mejor sexo bestial que se pueda imaginar, estando de regreso pude follarla, pero esa es otra historia y no sé si quieran oírla, si es así escríbanme y con gusto relataré todo lo que pasó en la casa luego de volver del viaje...

También quisiera intercambiar experiencias con quienes hayan tenido experiencias “REALES” con la mía que acabo de contar...

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JODO MACHO, QUE CAÑA DE ESCRITO!!!!!!!            xd



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MUYYYYYYY BUENA PERO TENGO K ADMITIR K LA MIA ME PUSO MAS CAXONDO

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Mage tiene razon.


Es mejor su historia, me gusto mucho mas.          xd



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si es q uno no es de piedra,yo creo q le hizo sufrir durante muchooooo tiempo antes de la recompensa



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Originally posted by: Jonykasino

"si es q ¡¡UNO!!? no es de piedra,yo creo q le hizo sufrir durante muchooooo tiempo antes de la recompensa "


UNO??? no les parece sospechoso...... XD




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Jodo, pues en verdad da que pensar, jejejejjej.          xd

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TENDREMOS K ESPERAR A K FIST SALGA DE INTERROGATORIO PARA METER A JONY

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Me pido torturarle yo!!!!!!!


quiero decir interrogarle, claro......       xd



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Te autorizo a usar tosturas chinas


digo interrogatorios chinos

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eso esta hecho....


haber, trae aca la cabezita...........      xd



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ejem ejem decia eso x la historia de mage el pobre chaval pensando en tirarse a su hermana  q esta como un cañon x eso digo q uno no es d piedra pero ese uno es el chaval d la historia


pod favod subir ese foco un poko mas arriba q da muxo calor un sabed q tengo detrecho a una llamada llamare a Arnold o a Bejarano para q sea mi abogado o si no puedo pagarlos q me asignen uno d oficio



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Arnold y Bejarano aqui son persona non grata y tenga a los perros listos para que les muerdan tras la puerta numero 1....¿oera la numero2?¿y la 3?? ¿cual eliges?



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exacto, jony.


te tenemos agarrado por los huevos (bueno, en realidad es a fist a quien le gusta agarrar por hay, yo prefiero agarrar del pelo).               xd



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aqui estoy...soy un abogado?? que divertido serlo xD aunque tienes que pagarme con pepinos de oro o una vanca del rancho "Homero Salazar"


quien es ese arnold que esta a la competencia mia eh?



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nada arnold es un loco/o/a/ que tuvo una epoca que se metia con todos/os en el/la tabern@ y nos cabreo y ahora es enemigo publico numero 1...por cierto solo por concursar usted ya ha ganado 1 pepino de aluminio, pero puede seguir jugando...elige la puerta/a nº1 la 2 o el/la 3????

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me voy por la puerta numero 2 fist que gane ??

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a ti tambien te tiene fist por los huevos y yo por el pelo.            xd

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que no hay premio??



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Originally posted by: Bejarano

"que no hay premio??"

Hey bejarano no postees estupideces para ganar mas posts

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lo decia a respuesta de lo que dijo fistandantilus...pero ya me cayare si asi quieren

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